Tras las tres últimas derrotas y con vistas al trascendental partido ante el AC Milan, donde tendrán que remontar un resultado adverso (2-0) si quieren seguir adelante en la Liga de Campeones, la plantilla del Barcelona hizo las paces en una comida de hermandad en un restaurante a las afueras de la capital catalana.

La Masia Can Ferran ha sido el sitio escogido para la comida entre cuerpo técnico y jugadores del primer equipo, como ya hicieran en otras ocasiones. Hace dos años, en el mismo escenario, la reunión se produjo en el mismo lugar para celebrar el título de Liga.

Con un objetivo ahora distinto, el de dar la vuelta a la dinámica negativa que ha llevado a perder dos clásicos consecutivos, quedar eliminados de Copa a las puertas de la final y tener que remontar un 2-0 el próximo martes si no quieren quedar apeados de la Liga de Campeones, jugadores y técnicos se han conjurado en ese restaurante situado en San Quirze del Vallès, a media hora de la ciudad.

Tras el entrenamiento matinal en la ciudad deportiva, los jugadores han ido acudiendo paulatinamente alrededor de las dos de la tarde, aunque algunos como el capitán Carles Puyol o Leo Messi han sido de los últimos en llegar, pues a esa hora debían acudir a actos con el club y uno de sus patrocinadores, respectivamente.

Aunque a priori la plantilla tenía planeada para la jornada de hoy una doble sesión de entrenamiento, el cuerpo técnico ha pospuesto la sesión prevista para la tarde, que se realizará mañana a las 18 horas y, una hora antes, Cesc Fàbregas comparecerá ante los medios de comunicación