El ex ciclista, Lance Armstrong, aseguró al diario francés Le Monde, que ganar el Tour de Francia sin doparse es imposible.

“Es imposible ganar el Tour de Francia sin doparse. Porque el Tour es una prueba de resistencia en la que el oxígeno es clave”, declara Armstrong.

“De acuerdo con que se borre mi nombre del palmarés, pero el Tour se celebró entre 1999 y 2005, ¿verdad? Pues tendrá que haber un ganador. ¿Quién es? Nadie se ha presentado para reclamarme mis ‘maillots”, declara.

“Yo no inventé el dopaje”, continúa Armstrong en la entrevista con el vespertino francés, al que confiesa: “simplemente participé en el sistema”.

“Nunca tuve miedo de los controles antidopaje. Nuestro sistema era muy simple y no tenía riesgos. Me daban más miedo las aduanas y la policía”, afirma Armstrong.

Confiesa que “nunca” podrá reparar lo que hizo pero asegura que pasará “el resto” de su vida intentándolo. “Fui muy duro con la gente. Batirse sobre la bicicleta, perfecto. Batirse fuera no lo es. No pude, no pude diferenciar las dos cosas”, confiesa.

Y en cuanto al ex ciclista francés Laurent Jalabert, de quien la Comisión de Investigación Senatorial sobre la eficacia de la lucha contra el dopaje en Francia reveló que se dopó en el Tour de 1998, Armstrong asegura: “con todo el respeto que le debo, está mintiendo”, al recordar que el corredor galo lo ha negado.

Armstrong puso fin en enero a un decenio de desmentidos al reconocer en una entrevista concedida a la periodista estadounidense Oprah Winfrey que consumió todo tipo de sustancias dopantes y recibió transfusiones de sangre durante su carrera como profesional.

Armstrong aceptó la acusación de la USADA de haber participado en un programa sistemático de dopaje, lo que lo llevó a perder sus logros deportivos, incluyendo sus siete Tours de Francia y la medalla de bronce ganada en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.