El escritor mexicano Juan Villoro se volvió aficionado al Barcelona en la década de los sesenta cuando su padre, el filósofo Luis Villoro (q.e.p.d), lo llevó a un partido del equipo culé.

A Juan le pareció lógico seguir al club que representaba a la ciudad de origen de su progenitor, y desde entonces es un fiel seguidor, pero también crítico de la entidad catalana.

Villoro condena la corrupción en la que ha estado envuelto el conjunto blaugrana en los últimos años, y llama “delincuentes que juegan en libertad condicional” a los futbolistas del club como Lionel Messi y Javier Mascherano, quienes han sido señalados por evasión de impuestos.

“Me preocupa la corrupción del equipo, que eso es muy claro. O sea, elBarcelona es una gran entidad comercial que tiene una gran opacidad (falta de claridad) fiscal y es vergonzoso que casi cada presidente del Barcelonaacaba en tribunales y que jugadores como Messi son millonarios sobrepagados que evaden impuestos.

“Es el mejor jugador del mundo que está en una entidad en donde no se supervisa cierta rendición de cuentas que debería ser deseable; lo mismo el fichaje de Neymar, lleno de opacidades financieras. El hecho de queMascherano tuviera una condena de un año y medio en prisión que se le puede conmutar con una multa, entonces estamos ante delincuentes que juegan en libertad condicional y eso no debería ser el Barcelona”.

¿Cómo se puede explicar que un club de primer mundo esté envuelto en estos escándalos?

El mundo está guiado por los negocios, hoy en día ser presidente de un corporativo es más importante que ser presidente de un país.

Cuando Joan Laporta era directivo, el Barcelona tenía un único anuncio en la camiseta que era el de la Unicef, asociándose con el apoyo a la infancia, un equipo donde la mayoría de los jugadores salen de La Masía; es decir, es un equipo que convierte la infancia en un proyecto de futuro, y esto cuando llegó Sandro Rosell cambió y pusieron a Qatar en la camiseta, entonces te das cuenta de que incluso un proyecto como el Barcelona, pues cuando hay suficiente dinero o hay un directivo más interesado en el dinero que en el proyecto deportivo, esto cambia”.