Probablemente ya viste la jugada, el regreso de despeje de 86 yardas de Damon Sheehy-Guiseppi, en la victoria de los Browns 30-10 sobre los Redskins. Lo que parecía inusual fue el festejo, en donde literalmente todo el equipo se fue sobre él. Los sorprendente es la historia de este jugador.

Por si no viste la jugada, aquí está:

El cómo terminó jugando a los Browns es una historia de perseverancia y de dejarlo todo por un sueño, la cual resulta inspiradora. Sheehy-Guiseppi no tenía absolutamente nada, hace un par de meses gastó sus últimos 200 dólares para entrenar y estar en perfectas condiciones en los tryouts de los Browns.

Gracias a algunos contactos se enteró que los Browns iban a tener entrenamientos con invitación para tener una oportunidad de formar parte del roster. Damon no conocía a nadie, pero se enteró que iba a estar Alonzo Highsmith, vicepresidente de personal de los Browns, y de algún modo convenció al staff de seguridad de que era familiar de Highsmith. Tuvo la oportunidad de hablar con el ejecutivo de los Browns y pedirle una oportunidad de mostrar su talento… y corrió las 40 yardas en 4.38 segundos.

Gracias a eso lo invitaron a un segundo entrenamiento, pero Sheehy Guiseppi no tenía el suficiente dinero para quedarse en Miami. Tuvo que dormir en un centro de entrenamiento, también lo hizo en el césped afuera de un gimnasio y cargaba su celular en una lavandería. Su objetivo principal era llegar a Ohio en la mejor forma posible e impresionar a los Browns.

Para comer, tenía que conformarse con lo que encontrara en la calle o con los alimentos que le pedían de forma remota sus amigos y familiares desde Arizona.  Durante su entrenamiento deslumbró a los Browns, quienes le ofrecieron un contrato.

Y en su debut en Pretemporada, anotó y se acercó un poco más a tener un lugar en el roster de 53 jugadores y tener una carrera en la NFL. Por eso es que sus compañeros celebraron con él de esa forma. Por estas historias es que amamos este deporte.