Estamos frente al inicio de una nueva era en la NFL. En el Super Bowl 50, Cam Newton tiene la oportunidad de convertirse en una verdadera leyenda.

El quarterback de las Panteras de Carolina es un auténtico devorador de récords, pero le falta coronar su exitosa carrera con un anillo de Súper Tazón.

Cameron Jerrell Newton se encuentra en los albores de su etapa como profesional y, aun así, ya puede presumir de ser uno de los mejores mariscales en la NFL.

Desde su primer año, Newton demostró ser un fuera de serie: el nacido en Atlanta, Georgia, se convirtió en el primer QB novato en lanzar para más de 400 yardas en su juego de debut (422, frente a Arizona en 2011); fue el primer ‘rookie’ en alcanzar las 4 mil yardas por aire y 700 por tierra, y corrió para 14 touchdowns en una sola temporada.

Sin embargo, aquella campaña no fue como se esperaba para las Panteras, pues con registro de 6-10, se quedaron sin un lugar en los Playoffs. No obstante, los números de Cam le valieron para ser nombrado el novato del año.

Las siguientes temporadas fueron igual de prolíficas para el mariscal de Carolina, logrando ser elegido para el Pro Bowl en tres ocasiones, mas fue hasta 2015 cuando el de 26 años verdaderamente despuntó.

Con un total de 35 pases de anotación y 10 acarreos hasta las diagonales, Cam marcó un hito en la pasada temporada regular y comandó a las Panteras para tener un récord casi perfecto (cayeron una sola vez: contra los Halcones de Atlanta), llegando a la cita por el Vince Lombardi, donde se perfilan como favoritos.

Los Broncos de Denver, el sinodal en el SB50, será una complicada prueba para la mejor ofensiva de la campaña. Pese a ello, Cam Newton busca plasmar su nombre con letras de oro, ya que en caso de imponerse, se convertirá en el único jugador en poseer el Campeonato Nacional Colegial, el Trofeo Heisman, el MVP y, por supuesto, el codiciado Vince Lombardi, demostrando su potencial para que nazcan unas Panteras de época.