A lo largo de su historia, la liga de futbol profesional de Alemania no ha sufrido cambios sustanciales, pues su estilo por demás conservador ha hecho que los dueños de los clubes estén conformes con los resultados no sólo a nivel estrictamente deportivo, sino económico.

En octubre de 2012, Wolfgang Holzhäuser, gerente del Bayer Leverkusen, alzó de nueva cuenta la mano para abogar por una transformación a la Bundesliga en pro de hacerla más rentable y atractiva no sólo en Alemania, sino en el resto del mundo.

Entre las principales modificaciones que proponía estaba que el Campeón del torneo resultara de lo que en México conocemos como el formato de Liguilla, en el que los ocho mejores clubes se enfrentan entre sí para determinar al ganador del título. La idea es que a la par de pedir más dinero por los derechos televisivos, se realicen modificaciones que hagan de esta liga, una con mayores beneficios.

Incluso, los cambios que se pretenden no sólo serían en el aspecto administrativo que a su vez reditúe en lo económico, sino también en lo deportivo. Una idea del Presidente del Hannover 96, Martin Kind, pone sobre la mesa la posibilidad de incluir una tarjeta verde con la que se sancionen faltas menores que pudieran permitir al jugador salir por un corto espacio de tiempo y después volver, tal y como sucede en otros deportes como el hockey.

A la par, otro tema en el que se analiza un cambio es en la seguridad de los estadios. Y es que el número de seguidores heridos, así como de procesos penales ha ido en aumento en los últimos años, por lo que los equipos tanto de primera como de segunda división votaron a favor de un control más estricto a la entrada de los inmuebles, así como la prohibición de las bengalas y bombas de humo.

De esta forma Alemania busca convertirse en un futuro no muy lejano en la potencia del futbol mundial, un sitio que actualmente tiene a la Premier League inglesa como la mejor del último siglo y en la que la Bundesliga ocupa el quinto lugar del orbe y cuarto de Europa, según datos proporcionados por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Futbol; mientras que en valor económico, los teutones son cuartos a nivel mundial con una liga valuada en 1.700.000 millones de euros, por debajo de Inglaterra, España e Italia.