El Barcelona se llevó en Riazor un partido extraño, loco, en el que logró dos goles en los primeros ocho minutos de partido, llegó a ponerse 0-3 a los dieciocho y en el que acabó necesitando dos más para doblegar (4-5) al Deportivo, que pagó su fragilidad defensiva.

El equipo azulgrana, al que no le ayudaron las decisiones arbitrales, se quedó con diez en la segunda mitad a falta de 40 minutos, con 3-4 en el marcador, pero Messi anotó su tercer tanto de la noche y, aunque los blanquiazules se volvieron a meter en el partido con un autogol de Jordi Alba, no encontraron la forma de empatar.

Había preparado Oltra toda la semana cómo frenar al Barcelona, le dejó el balón desde el primer segundo de partido, juntó las líneas dispuesto a presionarle cuando llegara a la línea de tres cuartos de ataque, pero se fundió al primer golpe de calor del equipo azulgrana.

No estaban Xavi ni Pedro en el once del Barcelona, pero sí Messi y también Cesc, que tardó dos minutos y medio en romper a la defensa del Deportivo con un pase al hueco a Jordi Alba. El ex del Valencia pasó como quiso entre Marchena y Laure y batió con comodidad a Dani Aranzubia.