Un doblete de Gareth Bale puso el brillo a un Real Madrid sin la constancia deseada por Zinedine Zidane, irregular en su juego frente un Leganés ordenado que se estrenó en el Santiago Bernabéu en un encuentro que cerró Álvaro Morata con 3-0.

Todo unido provocó que el Real Madrid tan solo llegase en cinco ocasiones a área rival en el primer acto. Lo increíble al descanso fue que se marchase ganando 2-0, ambos de Bale, a un pase con visión de privilegiado de Isco desde la banda izquierda y adelantándose el galés a todos en boca de gol, tras una falta lateral de Kroos y cabezazo de Varane.

Tras la reanudación, los hombres de Zidane liberados de la presión del marcador pusieron más voluntad por agradar. Arrancaron jugando con un punto mayor de velocidad y lo aprovechó Bale para hacerse lucir a Serantes en dos paradas. La primera al disparo cruzado en carrera del galés y segundos después respondiendo con reflejos a un cabezazo.

Reapareció Modric, vital para el juego madridista, y Morata cerró con un buen gol un derbi madrileño de estreno en la elite, añadiendo un argumento más a su favor en el pulso con Benzema. Su desmarque encontró el pase de James al espacio y lo resolvió con gran definición, con un derechazo al lado donde no esperaba Serantes para mantener en el liderato al Real Madrid y abrir hueco con el Atlético de Madrid.