Lionel Messi firmará cuando regrese de vacaciones el mayor y, se asegura, más complejo contrato en el futbol profesional, por el cual permanecerá atado al FC Barcelona hasta junio de 2021, con una cláusula de rescisión de 341.8 millones de dólares y un salario absolutamente secreto y que admitiéndose será el más alto de la historia algunas fuentes han especificado en 50.1 millones de dólares por temporada.

Si se conviene que el salario fijo del crack argentino fueran esos 50.1 millones de dólares anuales, el gasto total para el Barça se acercaría a los 96.8 millones de dólares, una cantidad que se entendería no solo como récord en su historia, sino, de acuerdo con diversas fuentes consultadas por ESPN, muy por encima de lo que en realidad pudiera ser.
Leo podría tener asegurado un salario fijo en torno a los 36.4 millones de dólares por temporada, a los que se añadirían diferentes bonus y, también, la prima de renovación, que comenzó a ser aceptada por el Barça la pasada temporada, cuando entre Neymar, Javier Mascherano y Sergio Busquets se destinaron 73 millones de dólares a esa partida.

La del astro argentino no se sabrá en particular, por cuanto a ella se añadirá lo acordado con Luis Suárez o Ter Stegen, por lo que la cuantía exacta quedará, también, en el terreno de la especulación.

Según una información publicada por el diario Sport, el Barcelona le pagará a Messi por esta renovación (lo que se llama oficialmente una gratificación de firma) 57 millones de dólares, que contablemente se dividirá en las cuatro temporadas de contrato.
Lo que no se conoce es si Leo recibirá esa cantidad en cuatro pagos de 14 millones de dólares anuales o en uno solo por el total, sosteniendo una de las fuentes consultadas que sería “dividida en las cuatro temporadas y con un concepto al margen del salario”.

De esta manera, esos 50.1 millones de dólares ya empezarían a disminuir, añadiéndose otros conceptos en los pagos, los famosos variables, que quedando al margen del salario fijo “serían, como en el caso de Neymar, de muy fácil cumplimiento”, de acuerdo con una persona conocedora de las negociaciones que condujeron al acuerdo con el brasileño en el verano de 2016.
Desde el FC Barcelona el silencio es absoluto… Por el desconocimiento que existe del tema más allá de las personas que lo han dirigido directamente. Ni el grueso de la Junta Directiva conoce cuál será el salario de Messi porque estará incluido en una partida general de lo que percibe en su totalidad la plantilla para, en el fondo, evitar cualquier tipo de filtración.

La confidencialidad es, de hecho, total y absoluta porque, entre otras cosas, así lo exigieron los asesores del futbolista argentino, convencidos al final, como lo trasladaron a su padre, de haber conseguido un trato óptimo para la Pulga.
La cláusula de rescisión de Messi, que se apuntó sería de 455.7 millones de dólares, quedó al final establecida en 341.8 millones de dólares, por encima de los 284.8 millones de dólares que mantenía en el anterior contrato, pero por debajo de la cantidad con la que trabajó el club, que en un principio había querido fijarla en los 567 millones de dólares y que se vio obligada a aceptar en esos 341.8 anunciados a última hora.

¿La contrapartida? El contrato no se prolongará hasta 2022 como pretendió el Barcelona, pero tampoco hasta 2020, como deseaban los asesores de Leo, entendiendo que a los 33 años su valor se mantendría aún en lo alto.

¿Tiene Messi asegurados unos ingresos netos de 50.1 millones de dólares por temporada en su nuevo contrato? Es difícil de cuantificar… O, en realidad, es imposible de saber. “Será el futbolista mejor pagado en Europa”, explicó esa misma fuente alertando de que las cantidades que se manejan “o se publican” respecto a los salarios que pueden recibir en China jugadores como Tevez, Oscar o Pellé son “imposibles de conocer en realidad”.