El ex ciclista estadounidense Lance Armstrong, quien ganó siete veces el Tour de Francia entre 1999 y 2005, podría estar próximo a ser despojado de estos títulos si la USADA lo encuentra culpable del uso de sustancias prohibidas durante sus años como profesional.

Sin embargo el caso del ex miembro del equipo US Postal, con quien consiguió sus mayores éxitos, no es el único en el deporte mundial donde el atleta sería despojado de algún título, aquí recordamos algunos de los casos más sonados en los últimos tiempos.

Uno de los más recientes, y que también tuvo como ‘culpable’ a un ciclista, fue el del español Alberto Contador, quien dio positivo por clembuterol en una muestra de orina tomada el 21 de julio del 2010, durante la segunda etapa del Tour de Francia. La resolución final del caso llegó el pasado 6 de febrero de 2012, cuando el TAS encontró culpable al español, aplicándole una sanción de 2 años sin poder competir, además de quitarle así sus títulos obtenidos entre 2010 y 2012, entre ellos el mismo Tour de Francia 2010.

Otro caso bastante sonado fue el de la atleta estadounidense Marion Jones, quien brilló en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, donde obtuvo tres medallas de Oro y dos más de Bronce, mismas que le fueron retiradas luego de que en octubre de 2007 admitiera el uso de sustancias para mejorar el rendimiento hasta su participación en dichos Juegos Olímpicos.

Pero el de Jones no es el único caso en el atletismo. El 24 de septiembre de 1988 el velocista Ben Johnson se alzó con la victoria en la Final de los 100 metros planos de los Juegos Olímpicos de Seúl, sin embargo tan sólo tres días después de la competencia el canadiense fue despojado de la presea áurea, la cual fue otorgada a Carl Lewis quien terminó segundo, tras dar positivo por stanozolol, y meses más tarde también se le retiró el récord mundial tras admitir que utilizó esteroides cuando lo consiguió en 1987.

Un caso que tuvo un desenlace diferente al de todos los atletas antes mencionados fue el del ex beisbolista Roger Clemens, quien tras aparecer mencionado en el informe Mitchell, un reporte donde se incluía el nombre de 89 peloteros de Grandes Ligas que habrían utilizado sustancias para mejorar el desempeño, se dedicó a probar su inocencia, negando el uso de esteroides, a tal grado que un proceso legal se llevó a cabo en su contra, culminando con su absolución, pese a la presencia de evidencia médica que los señalaba como culpable. Tras la sentencia, no sólo la integridad del jugador quedó intacta de manera oficial, sino que conservó el derecho de ser elegible para ingresar al Salón de la Fama del beisbol en un futuro.