El ruido ensordecedor del sistema de parlantes del estadio Arthur Ashe. Una mariposa que no quería irse de la pista. Una interrupción por lluvia. Varias cosas fastidiaron el miércoles a Andy Murray en el Abierto de Estados Unidos al sucumbir 1-6, 6-4, 4-6, 6-1, 7-5 ante Kei Nishikori en un entretenido duelo de cuartos de final.

Tras el incidente del estruendo en el cuarto set, el escocés Murray perdió siete games seguidos dejando escapar un partido que a todas luces tenía bajo su control.

A Murray, el segundo preclasificado y campeón del torneo en 2012, no le gustó para nada la decisión de Marija Cica, la juez de silla, de interrumpir el partido tras el ruido, similar al de un platillo oriental, en el estadio.

Todo se produjo con Murray en ventaja de dos sets a uno y con una bola de quiebre a su favor con el cuarto set igualado 1-1. Cedió los siguientes tres puntos para perder el game y siguió discutiendo con Cicak durante el cambio de lado. También conversó con el supervisor del torneo, pudiendo escucharse cuando le decía que lo ocurrido no era “justo”.

“Fue un torbellino de emociones en la pista, pero me mantuvo con calma”, dijo el japonés Nishikori. “Fue realmente duro mantener la calma. ….demasiados altibajos”.

Murray, quien llegó a Nueva York precedido con un sensacional par de meses en los que conquistó su segundo título de Wimbledon y repitió como campeón olímpico en los Juegos de Río, acabó perdiendo el set y quedó abajo 2-0 al iniciar el quinto. Y en medio de eso, una necia mariposa que se posó sobre la red, llevándole a agitar su raqueta para deshacerse de la misma.

Según la Asociación de Tenis de Estados Unidos, el problema del ruido fue causado por un fallo del procesador de audio digital, y que el artefacto sería reemplazada para la sesión nocturna. Ese ruido también había retumbado la noche del lunes, cuando Ana Konjuh venció a Agnieszka Radwanska en los cuartos de final del cuadro femenino.

Además, al promediar el segundo set, la lluvia detuvo el juego por segunda vez. Se tuvo que cerrar el techo retráctil y se abrió un pausa de 20 minutos en los que Nishikori pudo consultar con sus entrenadores, el argentino Dante Bottini y Michael Chang.

“Eso me ayudó a replantearme la táctica”, dijo Nishikori. “Había que hacer algo para ganar el partido”.

Murray logró reaccionar en el último set. Quebró el saque del japonés, ganó tres games en fila y se puso arriba 5-4. Pero no pudo llevarse otro game ante Nishikori, subcampeón en Flushing Meadows hace dos años.

Empatados 5-5 y 30-3, Murray cometió una doble falta y Nishikori no desaprovechó la oportunidad de quiebre con una definición de volea.

Frustrado, Murray azotó la red con su raqueta. Tras el cambio de lado, Murray procedió a sentenciar su triunfo al cabo de casi 4 horas.

Un final abrupto para el que había sido el mejor tramo de tenis del británico, quien había alcanzado siete finales consecutivas antes del US Open.

“Me siento muy orgulloso por los últimos meses”, indicó Murray. “Si alguien me proponía la clase de verano que he tenido antes de Wimbledon, seguramente que lo firmaba”.

Y un desenlace distinto para el japonés, que había perdido siete de sus ocho partidos previos contra Murray, incluyendo el más reciente en Río 2016.

Su rival de turno saldrá del victorioso del partido que en la noche del miércoles disputaban el argentino Juan Martín del Potro, el campeón de la edición de 2009, y el suizo Stan Wawrinka. La otra semifinal pautada para el viernes será entre el serbio y número uno mundial Novak Djokovic ante el francés Gael Monfils (10).