Por. Daniel Guerrero Alemán

“Puedo hacer conmigo lo que de mí depende, pero lo que depende del enemigo no lo aseguro”, por esto, se dice que tal vez se sepa cómo ganar, pero no que necesariamente se conseguirá la victoria. – Mei Yao Ch´en, en el libro El Arte de la Guerra.

Sobre el Necaxa contra Correcaminos

Si bien en la ida, Correcaminos había sido un equipo con un buen porcentaje de posesión de balón pero sin finalización a portería deseada, ahora logró encontrarla gracias a la movilidad y desequilibrio que generaron sus interiores, provocando peligro constante en el arco de Yosgart Gutierrez. Los primero minutos, Necaxa optó por esperar en media cancha y sus dos puntas de lanza no iban a presionar, permitiendo a los centrales Leverón y Moreno mediante trazos largos, jugar con los interiores naranjas, encontrando el desequilibrio en última zona del cual les hago mención y finalizando con tiro a gol.

Correcaminos empezó a colocar hombres entre líneas y a jugar de frente al arco ya que el sistema 4 – 1 – 4 – 1 que utilizó, le permitía esa y otras ventajas más, como la de presionar a los centrales de Necaxa en salida y a los volantes en media cancha siempre con alguien cerca para una cobertura defensiva. Durante un buen lapso, las salidas fueron trompicadas ya que la UAT con su pressing focalizado no daba comodidad para jugar en primer tercio de cancha hidrocálida. Necaxa en cuanto recuperaba el balón, salía al contragolpe, y no fue, hasta el minuto 21, cuando tuvo su primera jugada de peligro en el arco de Daniel Vogel. Con el gol de Necaxa, no pasaba nada relevante, ya que los tamaulipecos seguían ocupando dos goles.

Cuando Necaxa en una ofensiva incluyó a más elementos, Daniel Vogel recuperó y de inmediato salió jugando para montar un contragolpe. Los rayos habían quedado en desequilibrio numérico y posicional para resolver la jugada de la anotación.

El visitante solo necesitaba un gol más y el panorama lucía exquisito para Necaxa pues: “al volcarse con todo Correcaminos, habría más espacios y el rayo podría utilizarlos para liquidar”, y así fue, pero nuevamente como en la ida, no encontraron el gol.

Los últimos 10 minutos me mostraron algo; Del 35´ al 40´, Correcaminos saturó de centros al área, y todos los balones los ganaban por arriba, y del 40´ al 48´, Necaxa, en lugar de defender los centros que no podían ganar, optó por evitar que se mandaran los balones al área, enviando dos jugadores al poseedor del esférico. Terminaba el partido y Necaxa a semifinales.

Sobre el Celaya vs Atlante

En un partido de futbol, el panorama y la idea puede cambiar de un momento a otro. Atlante, que buscaba dos anotaciones en la casa del mejor local, empezó a poner el balón en el pasto y jugar colectivamente, mientras que Celaya no conseguía retener el balón en última zona esperando en media cancha los embates del visitante. La historia cambiaría drásticamente en el 2do tiempo.

Ya habían enviado el mensaje que los de Cancún empezaban a generar futbol y buscando la finalización la encontraron los primeros minutos. Acto seguido vendría la segunda anotación.

Ahora, el que quería, cuidaba e intentaba incesantemente era Celaya, el papel del mediocampista de contención empezó a cobrar mucha importancia, ya que tenía que mostrarse como apoyo permanente  los centrales y laterales en la circulación de balón, buscando un espacio donde atacar ante una inminente presión del rival en media cancha, el local requería dos goles y empezó a tener pequeñas sociedades ofensivas, sobre por todo derecha, donde la mayoría de los enfrentamientos individuales contra volante y lateral derecho azulgrana, los terminaron ganando, ya sea para colocar un balón en el área, o para conseguir una de las tantas faltas que recibieron, y que a la postre no pudieron aprovechar el gran número de acciones a balón parado.

Cuando sientes encima al rival y la tensión del momento parece no favorecerte, el mismo equipo se va metiendo atrás inconscientemente, y es complicado sacarlo metros adelante. Les costó trabajo pero lo lograron, aunque los últimos minutos Celaya terminó surtiendo de balones al área azulgrana y ahora el Potro era el que aprovechaba los contragolpes derivados de los espacios libres que dejaba Celaya en su intento de atacar.