Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Era un fin de semana diferente, era fácil ver en calles, restaurantes, centros comerciales, y lugares más concurridos, la tendencia que consigo trajo la final de vuelta por el campeonato del Ascenso MX.

La venta en taquillas desató una cruzada, por los muchos aficionados que acamparon a las afueras de las mismas, todo por vivir los 90 minutos más estresantes y desgastadores de este año en el futbol local.

La desvelada, el frio y la lluvia, solo fueron factores que hicieron mártires y héroes a los aficionados y villamelones,  ante la sociedad, que no dejaba de hablar del equipo de casa, con clásicos comentarios de “esta es la buena”, “vamos a volver, vamos a volver” y “vamos a ser de primera división de nuevo”.

El fervor era algo que se respiraba por toda la ciudad, degustada en caras y animo de buena vibra a escasas horas del encuentro, donde todo ya estaba listo para un inmueble que por primer vez, disputaría una final de vuelta, con más cosas a favor que en contra.

Y es que el escenario era impecable, el sobrecupo del “Marte R. Gómez” se podría describir como una pinta naranja que abarcaba todos los espacios de norte a sur y de sombra a plateas, abarrotado hasta los accesos, luego de que las filas kilométricas fueran consumidas por el monumental, con dos horas de anticipación.

Llegado el momento, el ambiente era inmejorable, quién no saldría motivado, quién no saldría a partirse el alma por el campeonato, canticos, himnos, ceremonia de protocolo y puesto el esférico al centro, no había marcha atrás.

La humildad y las religiones se asomaron, con gente volteando al cielo levantando plegarias y, de pronto el nervio que se siente en las manos sudadas, se rompió con el silbatazo inicial.

El ajedrez humano predominó con golpes estratégicos en un futbol que no daba motivos de lucidez, ante suspiros imponentes, tras “chispazos” del cuadro de casa, siendo Roberto Nurse el más desesperado por no poder abrir el marcador en jugadas de gol.

La afición comenzó a beber tragos de aletargamiento, hasta que de pronto Sergio “Samba” Rosas apareció mandando un mensaje a las redes sociales, y de pierna derecha abriría la sucursal de manicomio desatando la locura y aumentando la ilusión.

El primer acierto fortuito estaba hecho, aparentemente solo sería cuestión del tiempo, ese que no tiene respeto por nadie y que manda en forma, como se tiene que desmenuzar el destino. Que lamentablemente empezó a tomar otro camino para la parte complementaria.

El peor enemigo despertó, Cuando Correcaminos alimento al rival, con falta de idea y cuando la convicción dejo de tomar fuerza, transformándose en dudas y pretextos, argumentos suficientes para Elgabry Rangel que animado saco un disparo de zurda que agónicamente Miguel Pinto solo “mancha” con su mano, entrando la pelota con una calma y tranquilidad que solo Tecos comenzaba a entender.

La batalla no se había igualado, Estudiantes ya tomaba ventaja ante el frio silencio de los “18 mil” aficionados que aseguraba el sonido local, quien ya explicaba la posibilidad de tiempos extraordinarios, que a su vez fueron más ordinarios que nada, en una final que se acercaba al precipicio del dramatismo, donde solo el cobrar y el guardameta son los culpables o responsables.

Así fue  como la tanda de penales se robó el espectáculo que no demostraron en los más de 90 minutos, y es que no era un fin de semana normal, no era cualquier día, esto no se definiría más que con el contacto de los ojos viendo al portero y la portería, y el salvaguarda solo clavado en una cosa, la pelota.

Los calambres reflejaban los vestigios de la batalla, y se envolvían para llevar, junto al manojo de nervios, pero muchos pusieron el corazón en el tendedero y no en la playera, haciendo que lo peor pasara, Mondragón tomo una mala decisión dejando el barco estropeado, siendo irreparable para Pinto, que por más que intento no pudo salvar algo que Hugo Sánchez dio por muerto, al perder el duelo ante el portero Carlos Velázquez, que levantando los brazos anunciaba la pronta llegada del vigésimo año para Correcaminos en la Liga de Ascenso.