Hace cuatro años cuando supimos que Brasil sería la sede del mundial, yo imaginé un mundial sin precedentes; supongo, ustedes también.

Y es que Brasil es color, música, baile. Sus carnavales nos impactan por la producción y creatividad, por la fiesta en la que se envuelven las calles, el baile ni se diga, la samba es un deleite para quien le guste el baile y a quien no también, su gente es cálida, entre kapoeira, danza, rumba, alegría y color, pues los cariocas tienen una riqueza cultural enorme.

Por fin terminó la larga espera, faltaban minutos para que iniciara la gran inauguración, yo ya estaba lista frente al televisor para sorprenderme, ansiosa, como muchos de ustedes por no perder ni un solo detalle de aquella fiesta, 61 mil 600 espectadores presenciales en la Arena Corinthians.

Esto significaba la apertura de treinta días para saborear futbol. Entonces me pasó algo así como lo que le pasa a los globos que se desinflan. ¿Ya se lo imaginó?, bueno así.

Brasil me sorprendió, sí, pero  por su falta de producción,  poca creatividad, los vestuarios sin calidad y una esfera girando al centro con las personas bailando una y otra cosa, sin brillo, sin alegría, sin fuerza, sin emoción.

La idea de mostrar las tres fortalezas del país, la naturaleza, la danza y el futbol fue buena, sin embargo los organizadores del evento no supieron plasmarla, no sé ustedes, pero yo no me transporté a lo maravilloso que imagino es ese país.

Además me parece una falta de respeto a los espectadores hacer el llamado a tres artistas cantantes que acepten hacer play back, eso es algo a lo que todavía no doy crédito.

Esa canción y la oportunidad eran para todo un espectáculo, una coreografía que nos sorprendiera, vestuario impresionante, era para disfrutar del excelente baile que le conocemos a JLO; y pues nada,  no pasó nada.

Ahí si dije… ¡me rindo!

Las redes sociales no esperaron para expresar su opinión y la molestia  por la insípida ceremonia.

Lo rescatable fue la excelente idea de que un joven parapléjico fuera el encargado de dar la patada inaugural, a eso le ponemos palomita doble, aunque se dio a conocer la noticia que el director de cámaras del evento fue despedido por no haber tomado lo suficiente este momento que era el clave de la ceremonia.

Ya que la inauguración me desilusionó me dije: “bueno…ya viene el partido”.

Otra sorpresa, el futbol de Brasil. ¿Estaban nerviosos?

Conocemos a los brasileños por su joga bonito, cada mundial es uno de los equipos favoritos y siempre es agradable verlos en la cancha.

Pero esta vez, no me pasó. Al contrario, por momentos me pregunté si era Brasil el que jugaba.

Entre la inauguración tan insípida, tantos lesionados y un autogol en el partido inicial ese día no fue para mí lo esperado.

Brasil  hizo falta que sorprendieras con tu color y fiesta, lo que más añoraba era ver la samba…samba pura, mucha samba…bailes impresionantes creatividad desbordada y no vi nada. Tenías todo para hacerlo y  fallaste.

Hay que esperar a Rusia dentro de cuatro años para ver si nos regalan el talento que quedó pendiente en esta edición del Mundial.

Una estrellita para México

No se usted, pero yo me quedo con un excelente sabor de boca con la primera actuación de nuestra selección mexicana.

Serenidad, buen toque, inteligencia, jugadas fabricadas desde atrás, una buena conjunción entre los jugadores, se ve que ese once se entiende y bien, concentración y enfoque para conseguir el objetivo pese a las malas situaciones. Picar piedra hasta lograr dar en la red.

Nunca dudé de que Oribe anotara en este mundial, este hombre que viene desde abajo tiene fija la mirada en la red y el corazón puesto en los pies.

Yo disfruté realmente el partido, lo saboreé y lo grité, sobre todo cuando el árbitro nos quitó dos goles, pero en eso no me detengo.

Por supuesto que hay detalles a mejorar, siempre los hay, pero me quedo tranquila y sobre todo ansiosa por volver a ver a los verdes jugando con la pelota.

Tengo la certeza de que tienen mucho mejores cosas que mostrarnos.

Así que una estrellita para México.

Twitter: @faharamercado