Recientemente las actuaciones de los árbitros han dado mucho de qué hablar, aunque los silbantes tienen ya malos antecedentes,  pues nunca le dan gusto a nadie y siempre se cuestiona su labor dentro del campo.

Lo cierto, estimado lector, es que el arbitraje mexicano está viviendo una crisis, una crisis de criterio le llamaría yo. Ya lo dijo Edgardo Codesal, jefe del área técnica de la Comisión de Árbitros, aunque esto usted y yo lo sabemos ya desde hace tiempo, pues las irregularidades en las decisiones no tienen una semana ni un año.

El futbol ha sido marcado en diferentes ocasiones por errores arbitrales.

El trabajo del juez central siempre es complicado por lo que platicábamos al principio, nunca se tiene contento a ambas partes, solo en casos extraordinarios los equipos no reclaman las decisiones.

Porqué  el futbol es así, de apreciación, y las sanciones definitivamente son cuestión de criterio personal del árbitro, aunque deben seguir lineamientos que se les dictan.

El mediador tiene la capacidad de recurrir a su criterio personal al momento de evaluar una jugada, de valorar qué tamaño de tarjeta sacarle al jugador, simple falta, amarilla o ya de plano la roja, por supuesto que también es válido se equivoque, es un ser humano igual que todos nosotros, pero,  es ahí donde entra la polémica, ¿Por qué si “todo mundo” vemos una jugada desastrosa, el silbante no?  ¿Por qué si para todos es fuera de lugar, para ellos no? ¿Por qué si nosotros la vemos tan clara, no la marca?

A veces me pregunto qué se dicen así mismos cuando llegan a casa y ven la repetición de la jugada en la que tomaron una mala decisión.

En fin ¿Habría que estar en el lugar de él, en el momento justo y tratar de comprender por qué no sancionan como se debe?

En este preciso momento se pone en duda la integridad de estos personajes pues da la casualidad que de las actuaciones en las que a nuestro parecer se han equivocado han sido en partidos donde los beneficiados son quienes pelean el descenso, Chivas, Veracruz, Puebla y Leones Negros.

Del ascenso, ya ni hablamos porque es una instancia en la que siempre se tienen problemas con los “profes”.

Se le suma una tachita más a la crisis que de por sí vive el futbol mexicano donde se ha perdido el buen futbol, en donde solo se buscan resultados numéricos y no de calidad futbolística.

Y entonces cabe aquí analizar con mayor razón las determinaciones arbitrales. De que el arbitraje está en crisis, sí, eso es una realidad,  pero cuáles son las medidas para que estos errores no se repitan y sobre todo cuando afectan los resultados.

Si ya semana a semana se les evalúa y se les sanciona con quitarles partidos, cosa que repercute en su bolsillo, entonces no se me ocurre qué medida se deba tomar ahora.

Ya los árbitros tuvieron su cónclave, esta reunión en la que se analiza en qué se está fallando.

Se supone que al final del campeonato, tras una evaluación se empezará a remover gente que no tenga las cartas  suficientes para dirigir en Primera División, ojalá se cumpla.

Desde Gambeta le mandamos un saludo a todos los silbantes que desempeñan bien su labor y contribuyen a llevar un partido lleno de futbol. Para ellos un reconocimiento, porque si bien es cierto, el arbitraje mexicano está en crisis, no podemos generalizar.