Hay oportunidades que aparecen una sola vez en la vida y no me queda duda que esas solo las aprovechan los que quieren cumplir sus sueños y trabajan día a día para ello.

El equipo de Correcaminos Segunda División tiene en sus manos una de las oportunidades más grandes que cualquier futbolista pueda tener. Hablo de la proyección que un ascenso de categoría en segunda división puede traer, la oportunidad que este ascenso representa para cada uno de los integrantes del plantel para catapultarse al equipo de Ascenso, ¿y por qué no?, ampliar sus horizontes y continuar su carrera fuera de la ciudad.

Si los muchachos quieren trascender, no existe otra manera más que ascender, cabe recordar que para poder jugar en la Liga de Nuevos Talentos de la Segunda División existe un límite de edad y que en definitiva, la Liga Premier de la misma Segunda ofrece más oportunidades, ya que no es tanto formativa, sino de competencia más directa entre todos, a diferencia de la actual liga en donde milita Correcaminos, que es meramente formativa y en teoría debería de servir para filiales de los equipos.

En este momento, se puede palpar una enorme motivación y una mística especial que no cualquier equipo tiene y que es de reconocerse, especialmente para el técnico Jorge Urbina, ya que ha logrado que los jóvenes enfoquen su energía y su mente en lo más sano que puede existir… disfrutar el deporte.

Estoy sorprendida por la madurez con la que todo el plantel enfrenta este reto, con compromiso y entrega partido a partido, minuto a minuto, pero sin perder todavía esa ilusión que reflejan cada partido.

Soy sincera, no quisiera que estos jugadores desaparecieran entre el montón, no me gustaría que se truncara la carrera de jóvenes talentosos como Armando Arce, Leo Franco, “Kory” Jiménez y Armando Lomelí, que ya han tenido minutos con el primer equipo. No me gustaría tampoco que jóvenes como Eduardo Juárez, Isaías Hernández, Adán Núñez, Eduardo Santana, Efraín Jaime y Jesús Moreno se quedaran sin la oportunidad de jugar en el primer equipo.

Es por eso que ahora más que nunca se debe de cobijarlos, impulsarlos y orientarlos. Tal y como lo dijo Urbina, ellos mismos tienen que generar sus oportunidades, pero también sería importante que con el paso del tiempo por fin en Correcaminos se abran esas opciones y en lugar de gastar dinero por “refuerzos”, apostarle a invertir en jugadores que tú mismo formaste y que tienen un proceso de muchos años contigo.

Como lo he mencionado con anterioridad, Correcaminos tiene recurso material, tiene recurso humano. En el mejor de los sueños imaginaria el panorama que estos muchachos serían ya el plantel sub 20 de Correcaminos de Primera División. Que “La Nueva Era” trajo consigo una reforma total en las fuerzas básicas del equipo (Que de acuerdo a lo dicho en la conferencia de prensa, el plan sería mejorar la estructura y tener una base de jugadores) y que la llegada de los nuevos directivos beneficiaria a los jóvenes de Tercera y Segunda División. Que los niños convencieran a sus papás de pertenecer a las escuelitas de Correcaminos y que al ver a grandes futbolistas surgidos de la cantera naranja sea motivación para los mismos… Que por fin un jugador Tamaulipeco triunfe y tenga éxito con el equipo de la Universidad….al final, soñar no cuesta nada ¿verdad?