Hoy no vamos a platicar de futbol, hoy les cuento que fui al primer partido en casa del equipo de básquetbol Correcaminos, me quedó un excelente sabor de boca como prensa por la atención y la organización para darle realce a un evento protocolario.

La presentación de los jugadores fue como pocas veces vemos aquí en Victoria, los jugadores se presentaron en medio de luces y música donde salieron de una cortina saludando a su afición.  Una palomita que poner en la lista.

También se merecen una palomita los aficionados que se dieron cita y estuvieron cerca de 50 minutos a pesar del calor.

La mala va precisamente para el aire del gimnasio, que ah como le gusta descomponerse.

Pero el calor se soportaba y quienes asistieron no solo observaron, participaron.

Afuera, un grupo de música amenizando la entrada al gimnasio.

Los detalles hacen la diferencia, desde el “bienvenidos” del personal en la entrada, las luces, el sonido local, hasta la  presentación de los jugadores que apenas describí.

Correcaminos basquetbol, es un equipo mayormente joven, que está luchando por acoplarse y obtener nivel y ser competitivo, como dijo Andrés “Veneno” Contreras, coach de la quinteta naranja, desean ser una plaza difícil, una plaza de cuidado para los rivales que vengan a pisar la duela de Correcaminos.

Si bien no han dado un juego espectacular, sí vemos un equipo intenso que intenta cumplir con el objetivo de darlo todo en la duela.

Debo confesar que no soy apasionada del básquetbol, pero un buen día me di la oportunidad de ir a ver al equipo naranja.

El ambiente del deporte ráfaga, es muy distinto al del futbol, los amantes del básquet dirán que es mejor y en mi caso defenderé a capa y espada el color, picardía y sentimiento que vivo en el soccer.

Sin embargo debo reconocer que puedo disfrutar también del básquet y hay les va:

En los partidos de básquetbol, el ver el cronometro crea una especie de presión, de esa que a los mexicanos nos gusta tanto.

Y es que ya ven que dicen que nos gusta trabajar bajo presión; pues sí, esos números corriendo en el reloj digital acompañado del marcador te hacen emocionarte porque en el último segundo logren encestar y sumen uno dos o tres puntos más.

Y aunque sabes que el básquet no es tu fuerte, de todas formas estas en la orilla de la butaca sintiendo esa adrenalina tan particular.

Cuando menos acuerdas ya estas gritando si fallan o si encestan. Ya estas cantando con manos y pies el ¡¡ We will we will rock you!! O apoyando con el “defense”.

Es interesante ver como en el tiempo fuera, los jugadores tienen la capacidad de retroalimentarse, el técnico debe tener sin duda una especial cualidad de poder decir en pocos minutos todo lo que quiere.

Salen a tiempo fuera y todos se alientan, todos hacen equipo. Los que están en banca y los que salen de la duela. Abrazos, palmadas, ánimo y apoyo es lo que se brindan.

Luego viene el medio tiempo, en el que la duela se transforma en una pista de baile donde alguna academia local demuestra su talento, que siempre es agradable a la vista, también vemos a las porristas haciendo sus piruetas y saltos.

Y si le agregamos a esto el sabor de las palomitas, los nachos, las papas y los hot dogs, pues entonces esto toma aún más sabor.

Vives de cerca cada una de las emociones que se viven en el juego y fuera de él.

Hoy no entramos en detalles sobre un análisis del equipo, de los jugadores y de su accionar.

Hoy solo hablamos del ambiente agradable que se vive.

Vale la pena darse un tiempo para ir y disfrutar de un ambiente diferente de sensaciones, si usted no es muy afín a este deporte, créame, le van agradar los partidos y si bien no se convertirá en un aficionado al básquet si tendrá una opción más para ir y divertirse y además disfrutar del deporte.