Justo cuando México requiere de ídolos de carne y hueso para nuestra nuevas generaciones se da el lamentable deceso de la única mujer que ha conquistado el Oro Olímpico me refiero a Soraya Jiménez Mendivil, una mujer que el 18 de septiembre del año 2000 levantó a nuestro país con la esperanza y renacimiento de la nueva camada de súper atletas que a veces tanto pregonan los dirigentes del deporte nacional; pero que no apoyan en su carrera  sino hasta que los ven en el pódium y ahí van los dirigentes de Conade y compañía a posar para la foto, estirando los cuellos cual jirafas ¿pero los conocían?.

Sola y contra el mundo Soraya Jiménez de quienes muy pocos sabíamos de su existencia, es hasta que logra acaparar en su competencia olímpica de halterofilia la transmisión televisiva en una competencia muy difícil; sin embargo levanta en su último intento 127.5 kgs para un total de 225.5 kgs alzándose con la medalla de oro y logrando cimbrar el lugar con el himno nacional al momento de izar nuestra bandera, gracias a Soraya Jiménez México se encontraba ocupando el puesto de honor en el pódium de los ganadores.

Lamentablemente con el tiempo, nuestra gran súper atleta, padeció del mal de la influenza en 2007 y debido a serias complicaciones Soraya tuvo que sobrevivir con el pulmón izquierdo ya que el derecho le fue extirpado, amén a ello nuestra chica de oro, sufrió terriblemente de catorce operaciones en su pierna izquierda.

Soraya también hubo de sobreponerse a una acre discusión pública sobre temas de dopaje y documentación falsa sobre sus estudios universitarios de la UNAM, sosteniendo enconada pelea con la titular de la federación de su deporte de la cual al final Soraya Jiménez salió bien librada.

Sin embargo sus problemas de salud continuaron agravándose hasta que falleció el pasado “Jueves Santo”  iniciándose su inmortalidad entre los grandes de nuestro deporte nacional.

Considero oportuno mencionar y reconocer la humildad con que la propia Soraya se condujo tras conquistar el oro olímpico, ya que otro en su lugar hubiese sacado raja política, buscando “hueso” en el organigrama de la Conade; Soraya Jiménez demostró que su triunfo el cual le costó mucho trabajo alcanzarlo, era sólo de ella que compartía con el país; me llama la atención que manifestara a sus familiares que no deseaba al fallecer ningún reconocimiento post mortem y sabe estimado lector: tenía razón, ya lo dijo nuestra querida poeta Ana María Rabatte “en vida hermano, en vida”.

A la distancia y lo que a través de los medios nacionales, Soraya dejó entrever su trabajo fue siempre entregado a su deporte (practica antes diversas disciplinas) el levantamiento de pesas; pero el hueco que deja será difícil de llenar; ¿la Conade tendrá seguimiento a jóvenes en halterofilia en éstos momentos? ¿Sabrán de prospectos que puedan conquistar medalla en la próxima cita olímpica? O ¿esperarán los resultados para correr a la foto?

Lástima que Soraya Jiménez sucumbió ante los males que padecía, ya que en plena juventud, hubiese sido interesante sus consejos oportunos a los noveles deportistas; sin embargo ahí deja un legado enriquecido de pasión, entrega,  amor a su deporte, del cual niños y jóvenes podrían aprender. Por cierto en las notas periodísticas mencionan que al final sólo un patrocinador seguía respaldando a Soraya -Grupo Uribe- que mensualmente le financiaban estudios así como un seguro de gastos médicos ¿y la Conade? ¿Y el COM?

El mejor de los homenajes a Soraya Jiménez de parte del gobierno federal, el estado de México, Conade y COM sería brindar mayores recursos y respaldos a los atletas de alto rendimiento que tienen la mirada fija en la próxima cita olímpica, ¿no lo cree usted?…….MÉXICO PERDIÓ A SÚPER CHICA.

POR HOY ES TODO, HASTA LA PROXIMA, MIENTRAS TANTO HAGA DEPORTE QUE NADA LE CUESTA.