Como todos sabemos, Cruz Azul es considerado como uno de los equipos grandes del futbol mexicano y por tanto es un equipo que atrae los reflectores de medios y afición. Es también sabido que en los últimos años Cruz Azul ha pasado por malos momentos y ha dado más decepciones que alegrías a su “noble” afición.

La llegada de Tomas Boy fue un foco de atención para el cuadro celeste, debido a que regresaría los reflectores hacia el equipo; ya que, a diferencia de los pasados técnicos azules, Boy es considerado como uno de los estrategas más polémicos y con más carácter en nuestro país, por lo tanto se pensaría que los Azules ya no carecería de la falta de carácter que en los últimos años los ha caracterizado.

A principios de torneo, se podía percibir un Cruz Azul no espectacular sino con más elementos y con esperanzas de regresar la “mística” que en torneos pasados había desaparecido, sin embargo, existe algo inexplicable e invisible que hace que no importe que tan bien se juegue; al final se termina fallando en los resultados, se verá un equipo sin idea de juego y hasta desanimado dando lugar a lo que normalmente por parte de los “futboleros” se utiliza como el término “Cruzazulear”.

El futbol mexicano es un futbol que da muchas sorpresas y normalmente los equipos pueden ser espectaculares ante ciertos rivales y en la siguiente jornada pueden fracasar, no dejar rastro de lo que fueron en fechas pasadas.  Particularmente, Cruz Azul venia sacando buenos resultados a inicios de torneo, por lo que el partido semifinal de Copa Mx era visto (malamente) como un partido de “mero trámite”, durante el desarrollo de este partido contra Necaxa se regresó a algo que Cruz azul no solía ser; una eliminación si bien no catastrófica, se dio una forma en que los aficionados ya están acostumbrados.

Lamentablemente, este partido fue especial… a partir de este juego, lo único que se veía de Cruz Azul era fracaso tras fracaso; partidos que se podían ganar pero que, por diferentes motivos o circunstancias del partido no lograba concretar el resultado que todos sus aficionados querían.

Lo sabemos, el futbol mexicano es bueno, pero esto no quita las temporadas irregulares de ciertos equipos, y tal parece que Cruz Azul no ha querido o no ha podido levantarse de tanta “mala suerte” que lo ha perseguido durante los últimos tiempos.

El futbol debe de ser de hombres, no de nombres, debe de ser de esfuerzo cada partido para sacar el resultado, jugar bien y agradar a su afición, al fin de cuentas, el futbol es para eso, para divertirse y para hacer pasar un buen rato a la afición ¿En qué momento se dejó todo esto de lado?

Cruz Azul quedó eliminado del torneo Clausura 2016, no pudo pasar a liguilla y lo más lamentable, tiene ya dos años sin poder calificar a la fase final de nuestro torneo. Tal parece que la mística de esta institución volvió a hacer de las suyas, o quizás, exista algún motivo por el que los equipos “Se le caen” a mitad del torneo a Tomas Boy.

Personalmente me gustaría que regresara esa época dorada de Cruz Azul, la razón por la cual se convirtió en un grande del futbol mexicano, me gustaría que su afición tuviera más alegrías que tristezas, que de nuevo se respete a alguien que decidió apoyar a Cruz Azul y que alguien que apoye a este equipo no sea solamente la burla de los demás aficionados al futbol mexicano.

Me encantaría que los que están al mando de este equipo; así como jugadores y cuerpo técnico comprendieran la importancia, la tradición de los colores, los jugadores emblemáticos que han pasado por ahí y que han amado a este equipo, que en su momento dejaron todo en la cancha para defender esta camiseta que tal parece, para los que han estado en estas últimas temporadas no vale nada más que un muy buen sueldo cada quincena.

Aunque a muchos no les guste, o quieran cambiar la historia, en México seguirán existiendo cuatro equipos grandes que marcarán la pauta para los demás competidores de la Liga mexicana, por lo tanto, es importante que las personas que se encargan de la toma de decisiones “se pongan las pilas” y empiecen por generar cambios para el bien de esta institución, por el bien de la afición.

Para Cruz Azul, no queda nada más que planear muy bien el siguiente torneo, regresar a su afición a la tribuna y luchar otra vez por tratar de conseguir el tan anhelado campeonato.

“A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”

Eduardo Galeano.