Tratar de explicar lo que significa para el aficionado un partido de futbol, el sentimiento de rivalidad, todo el color que lo envuelve, los gritos, las frases tan futboleras y el sabor inigualable que te regala la tribuna en un partido de futbol, es difícil.

Entender el amor y la pasión a un equipo que cargan en los hombros once hombres con una pelota en los pies, cuando no eres afín al deporte, en ocasiones resulta un tanto difícil. Estar en la tribuna, es una pasión que solamente se logra entender en vivencia propia y aunque todos somos diferentes, el futbol nos envuelve en una sintonía que nos hace ser uno.

El autor, Eduardo Galeano dedica en su libro “Futbol a sol y a sombra” un buen fragmento para definir lo que significa la afición para el futbol.

“Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado”.

Los mexicanos somos singulares en muchos ambientes, pero en el futbol, somos especiales y es que podremos no estar de acuerdo en un sinfín de cosas, pero cuando se trata de presionar al rival, nos pintamos solos para hacerlo hasta coordinadamente.

Y es aquí, estimado lector, que estamos en estos momentos en una situación complicada.

Ante las quejas interpuestas ante la FIFA, por la selección de Canadá y Honduras, ya antes Holanda, por el famoso “eeeh puto” la Federación Mexicana de Futbol, creó una campaña para erradicarlo.

Después de una ligera discusión en la oficina con mis compañeros y un análisis en casa con quien experimenta desde dentro de la cancha el punto, además de un sondeo que realizamos en el “día a día”, donde cuestionaba con el tema, a cualquiera que veía; decidí abordarlo en este espacio.

No me quieran linchar pero, me parece que la campaña es buena. ¡Qué! ¿Por qué?

Porque el video en el que participan los jugadores de la selección, “abrazados por el futbol”, no es directamente un mensaje en contra de esta singular frase, es más bien, un mensaje de inclusión, en contra de la discriminación y del perdón.  Así que en estos puntos estoy a favor y estaré siempre.

Más de una ocasión he citado esta frase de la famosa película Troya “Los enemigos también se tienen respeto” y en este caso en específico me va bien volver a mencionar, porque entiendo que la cancha como decía Galeano, es una guerra; “En el futbol ritual de la guerra, once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, de la ciudad o la nación” pero incluso antes en las míticas guerras los rivales se respetaban.

Pero ahora vamos directamente con la frase,  lo que opino exactamente del grito al portero, en México y si la quiten o no.

Tenemos un estilo diferente y muy distintivo de vivir el futbol, los insultos en la tribuna salen como algo ya característico del futbol, como que sin ellos el apoyo no se sentiría igual, el mexicano lo entiende como tal, como parte de un colorido espectáculo, como parte de una diversión.

Por este lado, sería bueno que los mexicanos fuéramos educados, tan educados como para entender que en nuestra cultura, es aceptable expresarse así en el futbol y que muchas veces solamente es parte de la tradición vivida en los estadios, pero, que en el ambiente internacional sepamos que los diferentes países con quienes nos medimos en la cancha, tienen otra cultura y debemos respetarlos.

Tal vez lo que aquí es pecado, allá no y viceversa.

Por eso creo que los mexicanos debemos entender que esa palabra ofende a más de uno fuera de nuestro País, después de todo no deja de ser una palabra que ofende, aunque en el estadio se haga con tanta naturalidad que creemos que ya no es mala palabra.

Entender que decirnos algo que hacemos mal, no es ataque y que como mexicanos tenemos mucho que mejorar, aceptar que tal vez tengan razón y no posicionarnos en contra solo porque nos dijeron que no.

El asunto de este grito ahora podría afectar a México, pues en estos momentos la FIFA analiza si sancionar o no a México cada que su afición la grite a un portero rival. Multas económicas, quitar puntos y partidos a puerta cerrada podrían ser las sanciones.

Y lo que menos se quiere en este deporte es tener un partido callado y sin su afición.

Encuadro perfecto con la definición de Eduardo Galeano donde precisa con dulzura y solo como el solía hacerlo al hincha.

“Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música”.

O como decía otro escritor, el estadounidense Paul Auster: “El fútbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse.”

¿Usted qué opina?