Correr con tu hijo ensangrentado, sosteniéndole una toalla envuelta en la cabeza, buscando ayuda, tratando de abrir una puerta y tener que correr al hospital para obtener un servicio que  debería de proporcionarse de primera mano en el Polideportivo, no es cualquier cosa.

Lo vivido por algunas madres y sus hijos en el Centro de Alto Rendimiento “Américo Villarreal Guerra”, por la negligencia del administrador, es algo en lo que autoridades deberían tomar cartas en el asunto antes de que ocurra una tragedia.

Los riesgos de lesiones o fracturas en el deporte siempre van a existir, pero cuando alguien práctica un deporte se trata de buscar hacerlo en el ambiente más idóneo, bajo la supervisión de un profesional y con el apoyo del mejor equipo, para evitar riesgos.

Como padre o madre de familia no se escatima en comprar un instrumento que garantice la seguridad de nuestro hijo, y aun así ocurren accidentes.

En esos casos se trata de encontrar la ayuda especializada más rápida, la mejor atención para que no sea un problema que lamentar, desgraciadamente la indolencia que se tiene en el Polideportivo no ha permitido que los accidentes surgidos hayan sido atendidos de la mejor manera.

Preocupante es saber que el doctor que debe estar de planta en el Centro de Alto Rendimiento Polideportivo, nunca esta, no saben si existe, o simplemente sea un ‘aviador’ más en la nómina del administrador Santos Lozano Cedillo.

Las calderas de la alberca se averían “solas”, según platican los entrenadores, se prenden y se apagan sin consultar, pero si se dejan las  luces de la pista encendidas toda la noche, gastan en personal para ahorra papel del baño y nunca tienen el presupuesto completo, del cual la administración culpa al ITD.

Las puertas de seguridad nunca están abiertas, siempre tienen candado, bueno, cuando van visitantes “especiales”, llueve o hace frío, las abren para que entren por ahí las autoridades y personal, así no tengan que darse toda la vuelta los pobrecitos, como si lo hacen diario los deportistas.

El Polideportivo tiene hongos, hay una mala limpieza del lugar y son los entrenadores y deportistas los que pagan los “platos rotos”, han ocurrido accidentes y la atención no ha podido ser inmediata, pero la responsiva de que en caso que algo pase al atleta llega a los padres antes de que salga el deportista del hospital.

Un hombre que fue Director de Deportes en el Estado, y que le dio los resultados más malos a Tamaulipas en Olimpiadas Nacionales, sigue a cargo del centro de Alto Rendimiento más grande de Tamaulipas, tristemente esto ha sido el pan de los últimos años, la llegada de Santos Lozano al Polideportivo no fue la acertada, un hombre que se preocupa más por “ahorrar” su presupuesto en papel de baño, que en atender bien a los atletas, esperemos que no ocurra una verdadera desgracia, donde tengan que pagar justos por pecadores.

¡Pongan atención en el “Poli”!

Que tengan un excelente inicio de semana.